La empatía es la capacidad de ponernos en los zapatos de los demás. Una persona empática toma en cuenta los sentimientos e iniciativas de quienes la rodean, haciéndolos sentir valorados. ¡Y nos ayuda a entenderlos mejor! El otro se siente escuchado, comprendido, y por tanto confiará más en nosotros. El resultado: nuestra imagen será, para esa persona, muy positiva.
Cuando actuamos con empatía reducimos las posibilidades de tener conflictos con otras personas y ampliamos nuestra capacidad de vivir en un entorno tranquilo y balanceado. La clave es siempre tomar en cuenta que las decisiones que tomamos nos afectan a nosotros, pero también a los demás. Mientras más lo hagamos, la confianza de los demás hacia nosotros crecerá. Por ejemplo, si alguien nos cuenta que tiene problemas económicos en lugar de juzgarlo, tacharlo como mal pagador desde un inicio o sentir lástima y no hacer nada, pensemos en cómo se está sintiendo y actuemos en consecuencia: con algún consejo, con cierta flexibilidad en las fecha de pago de su pedido, etc.
O, aún más, si estuviéramos en su lugar querríamos probablemente ganar más dinero: quizá es momento de ofrecerle la Oportunidad Yanbal. Eso hablará muy bien de ti: pensar en los demás y ayudarlos a solucionar su problema. Porque debes pensar siempre en ti y en tu impacto en los demás: tus decisiones afectan en todos los que te rodean.
Dejemos, entonces, que los demás vean lo mejor de nosotros actuando con generosidad y poniéndonos en el lugar de los demás para entenderlos. Eso nos ayudará a cosechar mejores relaciones y a vivir más tranquilos.
¡Construyamos relaciones positivas con el resto utilizando nuestra capacidad para ser empáticos!
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