- Identifica los posibles obstáculos que puedes encontrar y planea cómo vencerlos. Pregúntate primero: ¿Qué puede impedir que alcance mi meta? Pueden ser problemas como la falta de tiempo hasta el propio miedo o inseguridad de lograr lo que quieres. Una vez que sepas cuáles son, concéntrate en vencerlos.
- Identifica también los riesgos que implica tu meta y evalúalos. Pregúntate: ¿Qué pasa si hago esto? Reflexiona cuánto puedes perder y cuánto puedes ganar. Eso te ayudará a decidir si vale la pena asumir un riesgo o no.
- Reúne toda la información que puedas sobre el tema. Si conoces todo lo que puede impactar en tu decisión, reducirás los riesgos y aumentarás las posibilidades de éxito. Por ejemplo, si estás pensando en tener un negocio propio, infórmate sobre todos los pasos necesarios, el tiempo que requiere, cuánto puedes ganar, qué cosas positivas traerá a tu vida, etc. Mientras más información tengas, y más enterada estés, tomarás una mejor decisión.
Vence cualquier temor. Los más grandes emprendedores se caracterizan por no tenerle miedo a los riesgos o lo que dirán los demás.
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