Así como nosotros queremos que los demás se nos acerquen con una actitud positiva, debemos hacer lo mismo con el resto, tratar de ver siempre lo mejor de los demás dejando de lado la desconfianza.
Este es un pequeño cambio de actitud que nos puede traer grandes beneficios. Puede mejorar la forma como percibimos a quienes nos rodean y hacer que entablemos con ellos una relación más opimista.
Por ejemplo, si nos han hablado mal de alguien, no nos dejemos llevar por los chismes: juzguemos nosotros mismos si la persona en cuestión merece nuestro respeto. Pruébalo y verás que los demás también dejan de caer al chisme fácil: tendrás una influencia en los demás.

Comienza a ver todas las posibilidades de crecimiento que tienen los demás, sin juzgarlos antes de tiempo. Ten la capacidad de apreciar las virtudes y habilidades del resto ayudará, también, a proyectar confianza en ti misma.
¡Atrevámonos a sacar lo mejor de los demás!
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